*Por René Zubieta (@renezp)
Redacción online, El Comercio
Que estire la mano –como en paradero- quien no haya viajado en combi. Ahora las hay hasta con aletas de tiburón en el techo, ‘discotequeras’, con luces de neón, con el ritmo de moda a ‘full’ volumen y a toda velocidad sobre todo por las madrugadas. Una realidad que explotó y se hizo más patente con normas dictadas durante los primeros años del gobierno de Alberto Fujimori, y que vale la pena recordar ahora que en el Congreso se pretende restablecer hasta el 31 de diciembre del 2014 el ingreso al país de autos usados con timón cambiado.
Las llamadas camionetas rurales o combis (por la marca de Volkswagen) ya aparecían por las calles de la emergente Lima en la década de 1970 y 1980, pero fue desde los 90 en que su presencia se masificó. ¿Cómo? Primero con el Decreto Legislativo N° 651, que estableció la libre competencia en las tarifas del transporte urbano y autorizó a personas naturales y jurídicas a prestar el servicio “en todo tipo de vehículos automotores, salvo camiones y vehículos de dos ruedas”. Luego, con Ley N° 25789 de octubre de 1992, el Gobierno derogó todas las disposiciones que prohibían o restringían la importación de bienes usados, entre ellos los vehículos y, por supuesto, las combis.
Por entonces, el sistema de transporte incluía principalmente a buses grandes y a los famosos ‘íkarus’ de la otrora Empresa Nacional de Transporte Urbano del Perú (Enatru). El caos no era tanto por el desorden, sino por la ausencia de unidades y la alta demanda (los vehículos iban repletos, con gente colgando de los escalones). Sin embargo, con las citadas normas, empezaron a ingresar más vehículos y se les fue asignando rutas, intentando así satisfacer las necesidades de viaje de los ciudadanos.
El director ejecutivo, de la Asociación de Representantes Automotrices del Perú (Araper), Iván Besish, dio cuenta de que entre 1991 y el 2012 se importaron un total de 245 mil 723 camionetas rurales y microbuses, de los cuales unas 110.505 eran combis usadas. “El 95% de las combis que han ingresado a nuestro país en los últimos 15 años han sido combis usadas”, detalló.
MALA Y PELIGROSA NECESIDAD
Para el especialista en temas de transporte y director de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, las combis surgieron como una necesidad en el transporte y fueron una respuesta en un momento de crisis, cuando la población tenía dificultades para movilizarse.“En su momento ha podido ser útil, pero en este momento significa un peligro latente no solamente porque son vehículos ya obsoletos, sino por la informalidad y falta de responsabilidad de los operadores y la empresa”, consideró, aunque resaltó que por las madrugadas, son casi la única opción en varias avenidas principales ante la falta de otras unidades.
¿Y siguen siendo útiles? Según el reciente estudio del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, las combis y las coasters son los vehículos de transporte urbano más utilizados por los limeños. Sin embargo, en la encuesta de noviembre del 2012, esas unidades se llevaron el primer lugar en cuanto al calificativo de servicio malo y muy malo.
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Mi felicitación un currado articulo. Saluditos.