Opinión

Ciudades, ciudadanos y buenas prácticas municipales

Darles mayor participación a las personas en la gestión municipal será la mejor forma de celebrar nuestra ciudadanía."

Caroline GibuDirectora Ejecutiva de Ciudadanos al día

Hace unos días tuve una interesante conversación con una alcaldesa de un distrito rural que había sido elegida como consejera del gobierno regional. Estaba muy entusiasmada por la labor que podría hacer desde su nueva posición, sin embargo, no dejaba de preocuparle el cambio personal que significaba pasar a vivir en la ciudad, donde el tránsito y la basura, pero sobre todo en donde la desidia ciudadana prima. Y es que, habiendo sido alcaldesa por muchos años, era consciente que desde la municipalidad se pueden propiciar iniciativas que inciden directamente en la calidad de vida de las personas y motivar la participación de los ciudadanos en dichas iniciativas.

De hecho, su distrito destaca por haber logrado mejoras en la salud y en la gestión de los residuos sólidos, esfuerzo compartidos con la comunidad. La Encuesta de Lima Como Vamos 2018 nos revela que la satisfacción de los ciudadanos respecto a la ciudad como lugar para vivir es de sólo 37.4% en Lima y 45.5% en Callao. Entre los principales problemas que afectan la calidad de vida se mencionan la inseguridad ciudadana, el transporte, la corrupción de los funcionarios públicos, la basura y la contaminación, en ese orden. ¿Será posible para las nuevas autoridades ediles generar soluciones para estos problemas? o seguiremos viendo cómo la ciudad se deteriora cada vez más.

Desde la plataforma del Premio Buenas Prácticas en Gestión Pública de Ciudadanos al Día hemos identificado experiencias exitosas que pueden guiar algunas soluciones sostenibles. No son prácticas elegidas al azar, sino que han pasado por el rigoroso proceso de evaluación en donde la sustentación con evidencia es requerida. Así por ejemplo, la inseguridad ciudadana en Miraflores se viene combatiendo a través de la iniciativa Miraflores 360, un esfuerzo que incluye la participación de serenos, vecinos y comerciantes para generar alertas tempranas contra la delincuencia; el apoyo para implementación de una fiscalía en el distrito y así agilizar su accionar; la incorporación de Ordenanzas para sancionar el acoso sexual callejero; y la gestión de datos para el seguimiento de los casos en otras instancias como la comisaría, la fiscalía o el poder judicial.

Por otro lado, la gestión de residuos sólidos se ha gestionado con éxito en distritos como Ate, Miraflores, San Borja y Surco a través de prácticas de segregación de la basura desde las casas y comercios, la instalación de centros de acopio y generación de circuitos para el recojo oportuno de residuos; así como el desarrollo de plantas de tratamiento. Lo más destacable de todas ellas es que los cambios se producen porque la gestión pública es efectiva en la planificación y ejecución de actividades, así como en el uso de los recursos públicos, pero además porque son altamente participativas, involucran a las personas, se generan acciones conjuntas y también se rinde cuenta.

Es cierto que dar soluciones para mejorar la seguridad en las calles y el tránsito requiere mejoras de infraestructura y equipos, y por tanto de presupuesto. Pero en muchos casos el dinero no es el problema sino la gestión de los mismos. Y de hecho el recurso más valioso que una autoridad pública debe saber gestionar es la confianza ciudadana. Hoy en día, en la era de las redes sociales y de la inmediatez que nos otorga la tecnología, las autoridades ediles ya no pueden gestionar sin involucrar al ciudadano, para informarle y escucharle, pero sobre todo para buscar que participe activamente en las soluciones, desde su propia condición y posibilidad.

Según la Encuesta de Lima Como Vamos 2018, más del 50% de los encuestados en Lima y Callao estarían dispuestos a participar en proyectos para mejorar su barrio; y cerca de un 49% estaría dispuesto a asistir a una reunión pública para discutir problemas del lugar donde vive; lo que muestra potencial de participación para iniciativas concretas. Frente a ello un 52% en Lima y 49% en Callao que no asistiría a una reunión de Presupuesto Participativo, quizás porque este espacio ha perdido credibilidad para catalizar acciones concretas para mejorar lo más relevante para el ciudadano (la seguridad, el transporte, la limpieza y el ambiente, pero sobre todo la integridad). Se inician cuatro años de nuevas gestiones municipales y nos quedan un poco más de dos años para celebrar el Bicentenario. No es que los años y las celebraciones sean una meta en si misma, sino representan una posibilidad de planificar el siguiente paso al siguiente escalón. Darles mayor participación a las personas en la gestión municipal será la mejor forma de celebrar nuestra ciudadanía.

Caroline Gibu

Es socia fundadora y Directora Ejecutiva de la asociación civil Ciudadanos al Día, una organización peruana privada sin fines de lucro, no partidaria ni gremial, creada en el año 2002 con la finalidad de aportar herramientas para el ejercicio de la ciudadanía y la mejora de la gestión pública, así como fuente de información confiable sobre temas de interés ciudadano. Ha liderado proyectos para el Banco Mundial, Global Integrity, International Budget Partnership, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD). Antes de unirse al equipo de Ciudadanos al Día laboró en el Institución Nacional de Defensa de la Competencia y Protección de los Propiedad Intelectual (Indecopi).

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