El pasado sábado 25 de mayo, la zona central del concurrido distrito de Miraflores fue intervenida por más de 106 activos “agentes antiruido”, gracias a una convocatoria promovida por el observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos (www.limacomovamos.org). Ciudadanos comprometidos en hacer de su ciudad un mejor lugar para vivir no solo se pusieron la camiseta, sino también las orejeras para demostrar que prefieren una ciudad sin tanto ruido molesto y con menos uso de la bocina. La mismísima estatua de John F. Kennedy vistió las orejeras fucsias en claro reclamo al ruido que se escucha cotidianamente en sus alrededores. Con este singular flashmob llamaron la atención de miles de personas.
Minutos antes de la 01 p.m., niños, adolescentes, jóvenes y adultos se dirigieron hacia el óvalo de Miraflores y las inmediaciones del parque y al mismo tiempo, todos se colocaron las orejeras fucsia llamando la atención de las personas que transitaban por el parque o circulaban en autos, taxis y transporte público. Los “agentes antiruido” pidieron silencio a los conductores en los cruces de los semáforos, entregaron tarjetas con teléfonos para hacer denuncias sobre ruido y conversaron con los transeúntes para sensibilizarlos sobre el tema. Como parte de la campaña, los actores de la asociación de teatro “Haciendo Pueblo” de Comas subieron a micros para dar un cómico discurso sobre el “mal del claxon loco” y sensibilizar a conductores, cobradores y pasajeros. También participaron adolescentes líderes de escuelas del Callao pertenecientes al programa “Buena Voz” del Grupo GEA, así como niños y niñas del Taller de Performance de la empresa HAUG S.A.
La segunda intervención fue en la Fuente de las Tradiciones del Parque de la Exposición, en el Cercado de Lima, el jueves 13 y el sábado 15 de junio. En los próximos meses, más orejeras fucsias aparecerán tapando los oídos de estatuas y monumentos públicos en las calles de la capital, como una forma de manifestación pasiva –y original– en rechazo a la producción de ruido inncesario en nuestra ciudad.
¿Por qué una acción ciudadana contra el ruido?
Lucía Mantilla, comunicadora para el desarrollo de Lima Cómo Vamos y coordinadora de la actividad explica:
“Con esta actividad, hemos querido intervenir la ciudad y convocar a los ciudadanos a que se apropien del espacio público para manifestarse sobre un tema que afecta nuestra calidad de vida. Expresar nuestra ciudadanía puede ser algo divertido y que refresque nuestro vínculo con la ciudad”.
Sobre el tema del ruido señala: ”Gran parte de la contaminación sonora de Lima proviene del uso excesivo del claxon por los conductores de autos, taxis y unidades de transporte público. Esta situación puede cambiar desde nuestras acciones cotidianas: como pasajeros pidamos al conductor que toque el claxon solo por motivos de seguridad, y hagamos lo mismo cuando nos toque conducir un auto. Existen muchas situaciones de uso indebido del claxon: para pasar la voz a pasajeros o amigos, para reclamar al policía que está dando pase a otra vía, para apurar el tránsito cuando la luz acaba de cambiar a verde. El claxon no nos hace ir más rápido, sino que estresa al conductor y a todos alrededor”.
Acción municipal
Con esta actividad, Lima Cómo Vamos también busca llamar la atención de las autoridades distritales para que implementen las normativas y medidas correspondientes contra los ruidos molestos. Precisamente, según datos recogidos por el observatorio, 2 de cada 10 habitantes de Lima considera que el nivel de ruido debería recibir mayor atención por parte de las autoridades, acentuándose en Lima Centro y Lima Sureste/Suroeste. En el distrito de Miraflores se ha avanzado al respecto, y por ello se eligió como espacio para la primera intervención. Eduardo Tagle, Subgerente de Desarrollo Ambiental de dicha comuna explica: “En el año 2011, Miraflores aprobó una ordenanza que, recogiendo la normativa nacional vigente, especificaba y facilitaba las acciones de fiscalización en casos concretos de ruidos molestos. Por ejemplo, las actividades deportivas en espacios públicos, las zonas comerciales colindantes a zonas residenciales, las alarmas de las casas, entre otros”.
Problemas en la salud
Según Michael Pollmann, asesor principal del proyecto Fortalecimiento del Ministerio del Ambiente de la cooperación alemana (implementada por la GIZ), la contaminación sonora es uno de los problemas ambientales más subestimados. Sin embargo, como indica Pollmann, “la OMS estima que es el segundo factor ambiental más importante en sus efectos negativos para la salud, en especial de los problemas cardiovasculares”.
Pero ¿de verdad el ruido mata? Como indica Pollmann: “la exposición al ruido incrementa el nivel de estrés en el cuerpo humano con todas sus consecuencias negativas. No es verdad que uno se acostumbra al ruido. El aumento de estrés ocasiona un mayor riesgo de presión arterial y hasta de infartos miocárdicos”. Señala, además, que son niños y ancianos los más afectados, y que lo más nocivo es el ruido que perturba el sueño. Otro efecto es la disminución de las capacidades intelectuales de las personas expuestas a la contaminación sonora.
Por encima de los niveles permitidos
En Perú, la legislación indica que en una zona residencial, los niveles de ruido no deben de superar los 60 decibeles (dB) durante el día y 50 dB. por la noche; en zona comercial, el límite es 70 dB. en el día y 60 dB. en la noche; por último en las zonas industriales, los límites son de 80 dB. en el día y 70 dB. por la noche. Al respecto, los estudios elaborados por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) en el año 2010 y 2011, han comprobado que la gran mayoría de puntos observados sobrepasaban los límites de ruido permitidos por la legislación peruana y recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, las mediciones del 2010 indicaron que en el punto de Av. Abancay con Jr. Cusco se alcanzó 81.7 dB; en Av. Javier Prado con Av. Petit Thouars se llegó a 78.8 dB; en el cruce de Av. Javier Prado con Av. Brasil los niveles son de 75.2 dB. y en el Mercado de Ceres se alcanzó los 80.3 dB.