A fines de 2020 el Congreso aprobó por insistencia la formalización del servicio del taxi colectivo (Ley No. 3109). Fueron 81 los congresistas que votaron a favor, dándole la espalda a la necesidad de los peruanos de contar con sistemas integrados de transporte público y, sobre todo, dignos. Esta semana, el Tribunal Constitucional ha dejado al voto la demanda presentada por la Procuraduría Pública para declarar esta norma inconstitucional.
Con sus votos a favor, los miembros del Tribunal Constitucional tienen, entonces, la posibilidad de restituir los derechos a la vida, a la salud y a un ambiente equilibrado. De hecho, los argumentos del Ejecutivo al presentar esta demanda de inconstitucionalidad incluyen también los artículos constitucionales de protección de los usuarios y la defensa de la persona y su dignidad.
Pero, ¿tan malos son los colectivos? Separemos por un lado el hecho de que son necesarios, especialmente en las zonas donde no hay cobertura suficiente o la frecuencia de las unidades de transporte es baja. Hay muchas zonas no atendidas por el sistema de transporte oficial donde las personas necesitan moverse. En estos casos, la aparición de rutas de colectivos es la señal perfecta de la necesidad de ampliar y mejorar el sistema de transporte público. Sin embargo, los colectivos también funcionan ahí donde sí existe servicio y, además, al hacer tráfico, perjudican la operación del sistema, generando mayor insatisfacción entre los pasajeros y capturándolos como clientes. Es una suerte de huevo y gallina: hay tráfico; entonces, tomo colectivo, pero hay tráfico pues tomo colectivo.
Como bien señalaba en el párrafo anterior, la necesidad de moverse debe ser atendida definitivamente, pero la manera de hacerlo no es destruyendo aún más nuestros precarios sistemas de transporte, sino, al contrario, fortaleciéndolos. Cuando esto ocurra, no habrá necesidad de tener colectivos en las rutas y, simplemente, desaparecerán. Sí, es la simple ley de oferta y demanda la que generaría este resultado. Así, el Tribunal debería votar a favor y declarar esta norma inconstitucional y el gobierno deberá tomarse en serio la reforma del transporte, de una vez por todas. Es ahora o nunca.