Aunque aún estamos lejos de volver a la “normalidad” (en ese nuevo normal que se nos presentará), es importante que pensemos de qué manera vamos a insertarnos en nuestra vida cotidiana. A partir de lo que distintos especialistas y las experiencias en el mundo nos están diciendo, parece evidente que pasaremos del #QuédateEnTuCasa al #QuédateEnTuBarrio. Los barrios, siempre tan relevantes, hoy cobran aún más importancia pues serán los puntos neurálgicos de la ciudadanía. No solo serán los espacios a los que nos aventuraremos con una relativa mayor confianza (si es que lo logramos) sino que se deben repotenciar como principales proveedores y satisfactores de las necesidades básicas de sus habitantes.
Así, no será suficiente con tener cerca el mercado y las muchas bodegas ni tampoco los espacios públicos (con la esperanza de que ahora sí se invierta en ellos para hacerlos seguros y saludables); tocará también resignificar espacios como las escuelas, comedores y los centros comunitarios así como cualquier oficina pública.
Estos espacios deben deshacerse de su monofuncionalidad y volverse plataformas polivalentes que puedan alojar usos diversos y servicios para así facilitar el acceso a los vecinos y que estos tengan menor necesidad de moverse por su ciudad. Por ejemplo, oficinas descentralizadas itinerantes en el nivel de los barrios con servicios municipales
Sin embargo, a pesar de lo poderoso que esto es, resulta difícil de tener un impacto pleno debido a la configuración espacial de vivienda, por un lado, y zonas industriales y comerciales, por el otro, junto a la brutal desigualdad urbana. Así, en el largo plazo es fundamental implementar una política de gestión de suelos que reorganice las ciudades procurando usos mixtos, vivienda social y calidad urbana en condiciones de equidad. ¿Difícil? ¡Sí! pero no imposible.
Mientras tanto, las comunidades necesitan que se les faciliten sus esfuerzos para lograr construir en unos casos y potenciar en otros sus redes de apoyo, cuidado, abastecimiento y de reactivación económica. Para esto estamos trabajando en un programa llamado Reinicia Tu Barrio, que busca activar y conectar los liderazgos locales e identificar las vulnerabilidades, fortalezas y talentos. De esa manera, buscamos que la comunidad pueda beneficiarse así misma mientras va haciéndose cada vez más resiliente.
Pd. En una acción absurda y contraria no solo a las disposiciones del gobierno sino al sentido común global en medio de la pandemia, el Concejo Municipal de Chiclayo anuló el acuerdo que declaró de interés la promoción de la bicicleta como medio de transporte sostenible luego de ser sometida a reconsideración en la misma sesión. Aún tienen oportunidad de rectificarse pues sino los chiclayanos sabrán quiénes fueron en contra de su propia gente y su propia tierra.
Columna Ciudad de M, por Mariana Alegre para Perú21.